Take a moment an contemplate everything around you
Hace una semana estuve de vacaciones en Álamos, sin duda es un pueblo que me gusta demasiado, por la tranquilidad que representa, las actividades culturales que tiene durante todo el año y la facilidad de llegar de un lugar a otro sin estresarte ya sea caminando o en el carro sin batallar por detalles como los que generalmente ocupan tu mente en la ciudad,
Durante esos días conocí un nuevo lugar para hacer senderismo y me encantó, he subido ya algunos cerros durante mi vida, ya que me encanta hacer deporte y sin duda el de Álamos lo puedo considerar como uno de mis favoritos después de esos días que decidí subirlo en varias ocasiones, el primer día lo hice corriendo, tenía mucho sin correr en un cerro, fue muy cansado pero una experiencia genial ya que el hecho de andar en un lugar que no conocía y la adrenalina de llegar arriba y poder bajar y regresar con mi familia con bien antes de que oscureciera hicieron que me sintiera realmente bien conmigo mismo al lograrlo a pesar de traer mi rodilla un poco lastimada porque una noche anterior me caí de la cama, pero bueno esa es una historia que en otra ocasión espero escribir por aquí.
A lo que voy con esto es que ese día al llegar a la cima de ese mirador con ese frío y cansancio que sentía pensé en muchas cosas una de ellas fue lo afortunado que era por poder estar ahí, sin duda hay lugares en donde hemos estado parados o sentados en los que si me pongo a pensar detalladamente en realidad un porcentaje pequeño de personas ha estado ahí también, y esto pasa varias veces en la vida, ya sea un paisaje natural, en la parte más alta de un edificio o de una casa con una buena vista, un punto especifico en una playa observando un atardecer, un parque con tu familia o paseando a tu mascota, o simplemente en una banqueta observando algo que nos hace sentir muy bien, considero que eso es sumamente especial ya que es parte de nuestro crecimiento personal y nos define como seres individuales, siento que es fundamental el buscar siempre la manera de potenciar las situaciones en donde se pueda experimentar esto y disfrutarlo realmente porque si mi experiencia me ha enseñado algo sobre todo cuando estaba más joven es que sin duda hay lugares hermosos en los que puedes estar en un momento y en los cuales probablemente jamás volverás a estar en toda tu vida.
Uno de esos momentos que se me viene a la mente es una vez que visité una ciudad pequeña de Guerrero que se llama Lázaro Cárdenas, a pesar de ser chica y sin mucho que ver tiene uno de los puertos más importantes del país, si no es que el más importante, lamentablemente es una ciudad muy insegura al igual que muchas otras en nuestro país hoy en día, estuve por ahí en el 2014, fue por trabajo, aunque solo íbamos por unos días, por el simple hecho de ser una ciudad nueva que nunca había visitado siempre trataba de aprovechar alguna tarde para salir a correr o caminar y así poder conocer un poco más, a pesar de la situación de ese lugar y el temor de que me pasara algo, me fui con mi cámara a caminar por la noche supongo que ser aventurero y tomar riesgos con muchas cosas es parte de ser un joven de 24 años, en esa ocasión llegué a una especie de muelle, el clima era perfecto, había poca gente pero me pareció un lugar muy lindo, a lo lejos se veía un puente con unas luces fuertes, ruido tenue de embarcaciones pequeñas, el agua muy calmada, olor a mar, me sentía demasiado tranquilo y en paz, todo estaba realmente bien con mi vida en esos momentos, recuerdo que estaba en el pasto sentado y llegó un pequeño cachorro para que lo acariciara, fue uno de los tantos perros que conocí en mis viajes de ese tiempo, claro, todo esto fue antes de obtener a mi gran amigo que siempre amaré Buck unos meses después, el cual hizo que los perros me parecieran más geniales aún y aprendí mucho de ellos, pero bueno de eso es algo que también escribiré después, total, recuerdo que el siguiente día nos iríamos de ahí y pesar de que existía la posibilidad de volver siempre por el trabajo, dentro de mi supe que probablemente jamás pisaría ese lugar de nuevo, se que aún estoy joven y puede pasar que visite esa ciudad de nuevo en algún momento por alguna situación, pero hoy más que nunca lo veo como algo difícil ya que a pesar de ser un momento que atesoro en mi vida no es una ciudad a la cual quisiera volver o por lo menos queda lejos dentro de mis prioridades.
Momentos como este tengo muchos y espero tener más ya que como dije antes, son especiales y sin duda son parte de mi, es agradable sentarse a recordar de vez en cuando este tipo de ocasiones, me ayuda a reflexionar y agradecer o mejorar situaciones actuales en mi vida, al final siento que es algo que me ayuda a ser una versión mejorada de ese chico de 24 años que solía viajar mucho disfrutando cada momento...